CONCIERTOS DE VERANO - DOVER + LODVG (Palau Sant Jordi, Barcelona - 5 de junio)

Esta semana, concierto piruleta. No hay nada en esta vida como los contrastes. De un público de metro ochenta de media en Beyoncé, pasamos el pasado martes día 5 a un público en que yo sobresalía considerablemente entre adolescentes, niños y fans de edades varias, pero siempre bajitos. La media española más natural, vaya. Yo en los conciertos estos lo acabo pasando mal, porque cuando el artista en cuestión se acerca y mira al público, me ve directamente a mí, y me muero de vergüenza.
En fin, me estoy refiriendo al concierto de la Gira LKXA con Coti, Dover y La Oreja de Van Gogh en el Palau Sant Jordi. Lo que yo digo: concierto piruleta. Hasta las antaño grunge Dover se comportaban aquí como delicadas muñequitas, y no hacían más que decirnos: “niños y niñas”, “guapos”, “nens i nenes”, etc.
Pero vayamos al principio: Coti. Lo de este hombre es un despropósito. Es muy bajito, una especie de versión más guapa de Colate, los estilismos son imposibles, el peinado ni hablemos y ese intento de ser una especie de Calamaro comercial no pega nada con el sonido a rock madrileño de los 80 a que suenan de hecho la mayoría de sus temas. Encima, el pobre se cayó y se torció un tobillo.
De lo que eran a lo que son, hay un buen trecho. Dover trajo a escena su nuevo espectáculo con una espectacular escenografía en plan dancefloor, con muchos neones, focos de colores, plataformas, bolas de espejos. Cristina muy mona, con su guitarra y un vestido corto negro de lentejuelas; Amparo un poco rara, con blusa blanca, falda roja y medias negras, muy Heidi. Ahora las dos de rubias. El sonido genial, ella canta bien (no como años ha) y las revisiones dance de sus anteriores hits son, cuanto menos, soprendentes. Algunos, como “King George”, con unos coros angelicales de inicio, fueron muy chulas; otras pierden fuerza pues eran canciones más de energía guitarrera que de bases dance. Pero, bueno, que desde aquí se agradece muchísimo la reinvención. Y temas como “Salvation” a mí me pusieron la piel de gallina. El problema es que el show quiere ser tan espectacular y estudiado que se queda algo frío. Hasta el beso en la boca de las dos hermanas estaba preparadísimo. Amparo tiene perfectamente estudiadas todas las coreografías. Verla bailando “Devil came to me” haciendo movimientos ye-yés a lo Conchita Velasco es una experiencia difícil de definir. Vamos, que los puristas deben estar que trinan, a mí me parece muy bien.

Los últimos en tocar fue La Oreja de Van Gogh. Como siempre, empiezan algo fríos, pero luego acaba todo el mundo saltando como un poseso. Y es que la colección de singles que tienen a sus espaldas es a cada cual más emblemático. Esa tambiénes la lástima, que acostumbran a tocar sólo singles ya, y resultan poco originales (antes se marcaban versiones, sorpresas...). Aún así, esta vez tocaron por primera vez "Coronel", mi canción preferida de ellos. También hubo un momento entrañable en que Xabi, el teclista, les dedicó a los demás del grupo, sin que ellos lo supieran de antemano, una personal adaptación del "You've got a friend" de Carole King. Fliparon, sobretodo Amaia. La Oreja se retiran durante un tiempo, ya supongo que a preparar nuevo disco.

En total, más de 3 horas de conciertos, menos cansado de lo que esperábamos. Muy majo todo, muy endulcorado, muy inocente, pero muy animado y divertido. A veces hay que dejar los complejos y los juicios de lado, y ponerse a saltar como un fan de 14 años. Dover dixit.