diumenge, de juny 17, 2007

EL REGRESO DEL REVERENDO

Larga ha sido la espera. Más de cuatro años sin disco de estudio nos hacía temer a los incondicionales del Reverendo que éste dejara aparcado finalmente el tema de la música. Su incursión en el mundo del cine como realizador en el film "Phantasmagoria: Visions of Lewis Carroll" han tenido a Tim Sköld trabajando mucho tiempo en los sonidos de este nuevo trabajo, mientras Manson escribía las letras y supervisaba todos los detalles del resultado final. El disco es muy compacto como concepto, prácticamente funciona como una banda sonora original, y la producción es magnífica (como siempre). El propio Manson ha definido su obra como "romántica", centrándose en las frustraciones y alegrías inherentes a toda relación de pareja ("I kill myself in small amounts"), algo que supongo no acabará de convencer a muchos de los incondicionales, ansiosos por letras en las que volviera a ser el azote del gobierno americano y la religión. Desde este punto de vista, toda renovación y búsqueda de lo nuevo siempre es bienvenida. No se le puede negar a Manson su anhelo por reinventarse a sí mismo, y hay que aceptar que ya no es momento para invocar al excelente "Antichrist superstar" (algo que la mayoría de fans aún no han superado), aunque aún está por ver si el camino que ha tomado es el más adecuado. Y es que es verdad que en algunos momentos se echa de menos un sonido mucho más desgarrador para que el álbum funcione mucho mejor en directo. Aún así, el resultado final es notable, con temas que rayan al mejor nivel como "If I was your vampire" (el más gótico del disco), "Putting holes in happines", (que todo apunta a que será el segundo single), "They said that hell's not hot" (el mejor del disco para mi gusto) y "Mutilation is the most sincere form of flattery" (como queda patente en el título, el más salvaje del conjunto). En resumen, todos los fans de Manson estamos de enhorabuena, y es que estamos ante el retorno de uno de los grandes. Aunque se sigue notando mucho el vacío dejado por Twiggy Ramírez, no dejamos de encontrar momentos estelares que recuerdan lo mejor de "Mechanical animals". Los malos tragos sentimentales acompañados por la esperanza del cambio (no en vano se ha divorciado de Dita Von Teese para juntarse con una muchacha de diecinueve años) y el deseo de vivir en otro tiempo y otro lugar son el leitmotiv de este "Eat me, drink me".
Lo que sí echo en falta es un artwork más currado. Aún no acabo de ver claro que el videoclip de "Heart-shaped glasses" lo haya dirigido James Cameron debido a su simpleza. Espero que en breve Manson recupere el bendito afán de protagonismo al que nos tiene acostumbrados y vuelva a trabajarse mucho más la imagen... Como grata sorpresa y para terminar, la versión bakala de "Heart-shaped glasses", digna de ser bailada en cualquier disco. ¿Veis cómo no deja de sorprendernos? Spooky.

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