dimarts, de juny 19, 2007

CORPUS 2007: FANGORIA EN CORNELLÁ

Teníamos todavía pendiente la crónica del concierto que Fangoria ofreció el pasado viernes 8 de Junio en el municipio de Cornellá de Llobregat con motivo de las fiestas populares del Corpus 2007. Aunque estamos acostumbrados a ver a Alaska más que a nuestras madres, los miembros de este blog acudimos a esta nueva cita con la misma ilusión de siempre, más si tenemos en cuenta lo bien que se maneja el grupo en una Fiesta Mayor... Profesionalidad por los cuatro costados.
Ciertamente, Cornellá no nos lo puso nada fácil: llegamos muy pronto siguiendo las indicaciones telefónicas de Mama Jarvis, aunque aparcar fue como poner una pica en Flandes. Después de recorrer casi una hora el pueblo por arriba y por abajo, y con el miedo en el cuerpo de no atropellar a nadie en el intento (las calles estaban tomadas por gente que acudía en tropel a todo tipo de festejos), pudimos por fin aparcar el coche en batería (por decirlo elegantemente) en un descampao.
Siguiente paso: comer algo para acompañar a las cervecitas fresquitas que íbamos a tomar. Después de unos cuantos intentos frustrados nos decidimos por sentarnos en una terraza (nosotros mismos dispusimos la mesa y las sillas para no dar excesiva guerra) en un bar de ecuatorianos, convencidos de que los inmigrantes vienen a España con ganas de trabajar. Bien, conseguimos nuestras primeras cervezas al momento, y para ir adelantando pedimos sendos bocadillos de frankfurt que iban a hacer de pared para seguir bebiendo. Una aparentemente atenta papaguaya tomó nota de tan complejo pedido y se marchó... para no volver a aparecer más. Una hora de espera mientras caían dos cervezas más y las salchichas sin aparecer. Después de quejarnos educademente en reiteradas ocasiones, los camareros se dan cuenta de que el pedido se había esfumado y se disponen a salir a comprar el pan. En nuestra mente ya estaba la intención de decirles que nos íbamos sin comer, cuando empiezan a insistir que ya llega la comida, que no nos alteremos, como si fuéramos unos histéricos impacientes. Media hora más, nos acabamos la última cerveza y vamos a pagar lo que habíamos tomado para no liarla. De la nada resurge la papaguaya del principio y a grito pelao nos avisa de que las salchichas ya salían (a mí me daba miedo y todo ver que nos habían preparado), pero ya estábamos en la barra, pagamos y nos fuimos a otro bar, con mucho más hambre y una considerable turca si tenemos en cuenta que teníamos el estómago vacío. En éste nos sirvieron muy rápido, el único pero es que mientras yo esperaba para ir al lavabo, el camarero de barra me indicaba que empezara a pasar potes de ketchup para la zona de comedor como si estuviera en la "mili". Al regresar, me enteré de que Jarvis, mientras esperaba a que se frieran las salchichas, había estado preparando unos carajillos para otros comensales en la otra punta del bar. En fin.
Lejos de hundirnos por la poca clase que hasta el momento habíamos respirado esa noche, y oyendo ya en la plaza Cataluña el grupo Promenade (que no nos dio ni frío ni calor, por no decir que no nos gustaron nada), buscamos a nuestro contacto esa noche, Isra, para que nos dejara pasar al backstage. A partir de ahí todo fue sobre ruedas. Mientras las chicas se acababan de vestir, departimos con un grupo muy agradable de argentinos, todo ello insisto gracias a la hospitalidad de Isra, que sospecho no es natural de Cornellá.
El último intento (en vano en noches como ésta) de aguarnos la fiesta fue por parte de los guardias de seguridad, que nos perseguieron a ambos lados del escenario para indicarnos que debíamos ver el concierto delante o detrás (!), pero bajo ningún concepto a los lados (palabras textuales), ya que ese espacio estaba destinado a los minusválidos (había una) y a los equipos de socorro que acogían a los desmayados (no se desmayó nadie). Como somos muy silvestres, y podíamos entrar y salir cuando queríamos (gracias a un guardia de seguridad que sabía lo que era la educación y que se acordaba de nuestras jetas), disfrutamos a un lado y otro (mejor dicho, delante y detrás) del concierto.
Abarrotada, la plaza Catalunya de Cornellá vibró con el concierto, en el que no hubo grandes innovaciones, pero que siempre es especialmente entrañable para mí cuando interpretan "En la Disneylandia del amor" y "Me odio cuando miento" (mis dos temas preferidos), y más con unas versiones tan chulas. La guinda, aunque fue a mitad del concierto, fue la actuación de Leopardo No Viaja, el grupo de reggaeton travesti formado por Andy y Topi. La verdad es que el tema "El Butanero" me pareció un hitazo y creo que este verano lo vamos a disfrutar de lo lindo. Una propuesta original y su más que patente savoir-faire hizo que hasta los más escépticos quedaran encantados. Al igual que nosotros. Spooky.

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1 Comments:

Anonymous Anònim said...

Vais un poco de guais. no?
aprended a respetar a la gente que no es tan fashion guai como vosotros, pringaos!

dc. d’abr. 16, 11:08:00 a. m. CEST  

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