diumenge, d’octubre 08, 2006

"WHAT DO I TALK ABOUT NOW?"

Hay cosas que no entiendo. Por ejemplo, que Janet Jackson sea la número uno mundial en ventas de discos de la semana pasada y que en España no aparezca ni en el Top 100. Si me pongo a buscar porqués, naturalmente empezaría a despotricar de la industria musical de este país, y llevaría razón. Aún así, hoy voy a intentar verlo de una forma más constructiva. El único motivo mínimamente positivo por el que las ventas de Janet en España están a años luz de las ventas en USA es porque es un disco musicalmente muy americano. Intentaré explicarme. La música de Janet, eso que muchos críticos califican como "urban r'n'b", no tiene ningún arraigo en España, y en cambio los números 1 en Estados Unidos casi siempre son discos de r'n'b o de hip hop, música negra. Allí tienen un éxito masivo, y eso ha dado un espacio muy cómodo (desde finales de los 80 y a lo largo de los 90 y 00) para la creación y la experimentación, para la innovación, para la creatividad, para la diversión. Es un estilo muy genuino de Estados Unidos, tanto a nivel comercial como artístico. En Europa, tan sólo tiene éxito comercial y una cierta tradición propia en el país hermano, en Gran Bretaña. Igualmente, el pop europeo es muy difícil que triunfe en el mercado norteamericano.
Volvamos a Janet, que tengo mucho que decir y pretendo sintetizar. El pasado 25 de septiembre publicó su noveno álbum, "20 Y.O.", llamado así como conmemoración del vigésimo aniversario del disco que le dio el gran éxito, "Control". También celebra, de forma algo irónica, sus 40 años: con el título pretende expresar que se siente con la energía y la fuerza de los 20 años desde la madurez de los 40. La ironía se desprende de su aspecto físico: Janet, en su empeño por parecer la chavalina de 20 años que un día fue, ha ido urdiendo un cambio físico a base de operaciones, dietas y demás que la hacen parecer cada vez más una señorona travesti. Sus ojos siguen siendo preciosos, pero cada vez tiene la boca más grande y los pómulos más cerca de las orejas (a la portada me remito). Y en los vídeos y fotos no retocadas está realmente extraña, me cuesta mucho definirla, es un aspecto algo kitsch. Parece que toda la familia Jackson tiene un envejecer como mínimo peculiar, y Janet cada vez se parece más a Latoya. Además, no olvidemos que hace unos meses Janet era un tonel de casi 100 kilos, y ahora vuelve a tener un estómago plano y una figura ideal (hay que tener valor para hacerse tantas fotos desnuda (tapando lo obvio) como ella hace).
Mi aproximación a Janet ha sido bastante reciente pero muy absorvente. Lo último ha sido esta tarde, cuando me he dado cuenta que nació el mismo día que yo. Musicalmente, no conocía casi nada de sus discos de los 80 (resumidos en el "Design of a decade"), y de los 3 últimos ("The Velvet Rope", 1997; "All for you", 2001; y "Damita Jo", 2004) siempre me habían gustado mucho los singles (los archiconocidos "Together again" o "All for you"). Ahora he ido escuchando los álbumes enteros y me parecen fantásticos, la producción es tan detallista, tan bonita... La verdad es que hay una diferencia entre los singles (muy pop, con estribillos pegadizos) y el resto de los álbumes (entre r'nb, funky y soul, mucho más tranquilos). La verdad es que me cuesta bastante distinguirlos entre ellos, supongo que no diferencio las canciones, pero es que el conjunto es maravilloso: es una música más ambiental que el pop, relajante, envolvente. Me encanta la dulzura de la voz, los coros y filigranas vocales, la delicadeza de los sonidos: es un sonido que fluye, para dejarse llevar.
"20 Y.O." sí presenta algunas diferencias, va un poco más allá, y digo esto sin ser ningún especialista, tan sólo desde la modestia y la admiración, y bastante de acuerdo con la crítica de Shangay. No tiene los singles pop pegadizos de los álbumes anteriores, es un disco más austero, menos melódico, mucho más corto de lo que nos tiene acostumbrados (sigue teniendo sus ya cásicos y entrañables "interludes"), preparado en tiempo récord (dos años, cuando ella se tomaba mucho tiempo entre discos). Según ella misma declara, pretendía aunar sus primeros trabajos musicales con éste presente. A grandes rasgos, el álbum tiene como dos partes. La primera es la más innovadora, inspirada en esos primeros trabajos: canciones más duras, más rudas, muy bailables y cañeras. En esta parte se nota la mano de su novio, Jermaine Dupry, que firma como productor ejecutivo en este disco. Ahí Janet modula su fantástica voz de mil formas distintas, con más graves y llegándose a confundir con la de su hermano Michael (en "Get it out me"). Los sonidos son puro fuego. Las tres primeras son tres obras maestras ("So Excited", "Show me" y "Get it out me") perfectamente connectadas entre sí. La segunda parte, más o menos a partir del primer single "Call on me", nos devuelve a la Janet a la que estamos más acostumbrados: la habitual producción de Jimmy Jam y Terry Lewis (que la acompañan desde hace muchos años, forman un trío creativo perfecto), medios tiempos, toda la dulzura de su voz (lo típico que te la imaginas sonriendo mientras canta), esas preciosas armonías vocales de los coros, más minimal, muy soul, muy relajante. A destacar "Enjoy" y "Daybreak". En general, pues, un disco muy bonito que vas queriéndolo más cada vez que lo escuchas. Y lo mejor, que da ganas de más.
Una joya: el vídeo del segundo single "So excited".

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