LA CIENCIA DEL SUEÑO (O CÓMO LUCHAR POR PERMANECER DESPIERTO DURANTE 105 MINUTOS)
No siempre acierto con mis elecciones para la golfa del sábado noche. Ayer me fui a ver "La ciencia del sueño", maldita la hora. Mi predisposición era más bien neutra, me iba a dejar llevar. Pero a los 50 minutos de film ya no sabía cómo recolocarme en el sillón; el sopor me vencía y ansiaba el final. De acuerdo, se trata de un film visual (qué expresión más manida); y de acuerdo, Gondry procede del mundo del videoclip. Pero, por favor, no me vendan la moto (que diría Arús), que una ya ha visto unas cuantas pelis. El argumento es tan infantil que casi insulta, y los personajes dejan bastante que desear, sobretodo Stéphane, el protagonista, que es bastante paradito e inútil. Sinceramente, querer vender poética visual y romanticismo de una esquizofrenia o de una simple fumada es tan pretencioso como vacío, a la vez que nada original. La locura no es romántica, y la tontería aún menos. "El glamour de la locura es pasajero". Si quieren cine visual y onírico, ahí está Tim Burton y sus extraordinarias y bellas fábulas; Gondry le queda aún muy lejos. Y lo peor es que aburre, ¿es que no sabe que una película es algo más que un videoclip de hora y cuarenta y cinco minutos? ¿O es que realmente no le importa porque en realidad sólo quiere satisfacerse a sí mismo?
Pero, bueno, para que no me tachen de destructivo, no todo es malo. Puntos a favor: el buen uso del sentido del humor que al menos le resta pedantería, el personaje de compañero del trabajo, Guy (un cachondo mental muy agudo y divertido), la guapa protagonista (Charlotte Gainsbourg, la hija de Serge) y su encantador acento de Sheffield fruto de su amistad con Jarvis Cocker. Ah, y el buen trabajo de Gael García Bernal, actor ecléctico que, después de la naturalidad en "Y tu mamá también" y lo forzado de "La mala educación", salva el film a Gondry. Y es que el francés parece haber encontrado la fórmula de eso que reza el título: "La ciencia del sueño".
Pero, bueno, para que no me tachen de destructivo, no todo es malo. Puntos a favor: el buen uso del sentido del humor que al menos le resta pedantería, el personaje de compañero del trabajo, Guy (un cachondo mental muy agudo y divertido), la guapa protagonista (Charlotte Gainsbourg, la hija de Serge) y su encantador acento de Sheffield fruto de su amistad con Jarvis Cocker. Ah, y el buen trabajo de Gael García Bernal, actor ecléctico que, después de la naturalidad en "Y tu mamá también" y lo forzado de "La mala educación", salva el film a Gondry. Y es que el francés parece haber encontrado la fórmula de eso que reza el título: "La ciencia del sueño".
Etiquetes de comentaris: Cine
2 Comments:
Quién te ha intentado vender la moto?
Un domingo d esos horrible?
No, un domingo lúcido. Nunca habrian brotado tan simceras las palabras de mi boca..
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