diumenge, d’abril 08, 2007

600 PECTORALES


Nunca he sido un gran aficionado a los cómics ni a las novelas gráficas, pero por circunstancias de la vida, hace unos meses cayó en mis manos un ejemplar de "300" de Frank Miller. No fue hasta saber que se estaba rodando una película basada en la batalla de las Termópilas que decidí finalmente echarle una ojeada, y aunque el tratamiento del color y las ilustraciones a doble página son espectaculares, me pareció una historia bastante "siniestra y oscura" (como a Mila Ximénez la Pantoja, vamos).
Con esta premisa, pero animado al saber que el film ante todo sería una oda al pectoral (uno tiene sus debilidades, como todos) acudí al cine con la incertidumbre de si nos íbamos a tragar un bodrio o no. Nada más lejos de la realidad. La película dirigida por Zack Snyder ("Amanecer de lo muertos" ya me había gustado lo suyo) es un festín de carne, sonido y color y cumple a la perfección con la función del séptimo arte como mero divertimento.
Leónidas (Gerald Butler) está como un queso y desempeña el papel del valeroso rey de Esparta con gran esmero. Para aquéllos que no entiendan el origen de la expresión "disciplina espartana", no tienen más que ver la formación del niño Leónidas hasta regresar a su patria coronado como rey después de superar unas cuantas adversidades... Especialmente impactante resulta la escena del lobo. Sobre este punto, dos cuestiones: ¿Tanto nevaba en Grecia allá por el siglo V a.C.? Y dos: ¿Qué opinará Aldeas Infantiles del genocidio de niños y de su educación posterior? En fin, eran otros tiempos.
Lena Headey está buenísima como reina de Esparta y tiene una relación muy tierna con su marido, a lo Dúrcal-Junior. Bastante significativo también es el elenco de frikis que amenizan las batallas, con mención especial a Efialtes (el Gollum de la película, necesario en toda aventura épica que se precie), un valeroso guerrero espartano que sus padres desterraron de Esparta para que no pasara por la criba de la selección natural de bebés (las razones, más que obvias). Además, los horribles monjes éforos, que dan también mucha grima, elefantes, rinocerontes y un aborto de tres metros que batalla al lado de los Inmortales persas.


Para darle de comer aparte es el personal homenaje de la película a la reina del carnaval drag de Las Palmas con la figura del malvado rey-Dios persa. Jerjes debe medir unos tres metros y le gustan más los piercings, las joyas y el "strike a pose" que a un tonto un lápiz. Es evidente la atracción que siente por el fornido Leónidas y que su verdadera motivación al pretender la sumisión del espartano es trajinárselo a base de bien. No por ello debemos demonizarlo. Cualquiera de nosotros hubiera hecho lo mismo, no nos engañemos. Especialmente triste es comprobar una vez más las cornadas que da el amor (y que aparte de los de Cupido, hay otros tipo de flechazos). Su "amorcito" le desfigura su carita de porcelana, echando al traste cualquier esperanza de rollete con él y de ser la nueva imagen de Clinique. Un drama en toda regla, vaya. El personaje está interpretado por el modelo brasileño Rodrigo Santoro, y no os perdáis la increíble transformación a la que fue sometido. ¿No está mal la criatura, verdad? Spooky.

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1 Comments:

Anonymous Anònim said...

Jonathan ¿A ti te gustan las películas de gladiadores?

dt. d’abr. 10, 10:18:00 p. m. CEST  

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