dissabte, de desembre 16, 2006

CUANDO LOS PINGÜINOS BAILEN FUNKY

Dicen que la clave del humor es romper las expectativas del espectador. Pues bien, ayer fuimos a ver Happy feet. Rompiendo el hielo, nos rompieron todas nuestras expectativas y no nos hizo ni puta gracia. Si me preguntáis si vale la pena verla, os diré que sí, que es una buena película, pero mejor advierto que nadie espere ver un nuevo Madagascar, es decir, una película distraída, amable y divertida. Happy feet es un film de animación por ordenador acerca de un pingüino bailarín que nace en el lugar equivocado, en un grupo de pingüinos cantantes (que, para más INRI, adoran al Gran Güino): esta diferencia lleva a Mamble, nuestro protagonista, a vivir mil y una aventuras, a conocer amigos "distintos" que sí le entienden y aceptan, a luchar por conocerse y por hacerse respetar... En realidad, el argumento del inadaptado es ya un clásico en este tipo de películas. Si Shrek (Dreamworks) hablaba sobre la tolerancia, Ice Age (Fox) sobre la amistad, y Buscando a Nemo (Disney) sobre el amor paterno-filial, Happy feet trata sobre la libertad. Sin embargo, ésta no es una película para nada ligera e infantil, sino que es densa, profunda, bastante dura y con un regusto amargo importante. Cualquier persona que se enternezca con el pingüinito de la imagen, va a sufrir. El pobre Mamble tiene que pasar por todas las penurias posibles: rechazo, destierro, soledad, encierro, desamor, frustración, locura... El único alivio para el espectador es la presencia de un grupo de pingüinitos que hablan spanglish y que acompañan a Mamble en sus peripecias por descubrir que está sucediendo con los peces que están desapareciendo (obviamente, la acción humana es la culpable). La película se soluciona en los últimos dos minutos con un repentino final feliz (por exigencias del género), pero en realidad eso iba camino de terminar peor que Mauthausen en el 41. Hay secuencias que son un auténtico horror y que te dejan el corazón encogido como un lenteja.
Durante nuestro comentario de rigor sobre el film al salir del cine, llegamos a la conclusión que la película está mal enfocada. Creemos que los creadores se quedaron con la convicción que habían hecho un film musical superdivertido, pero a mí me recuerda más a La vida es bella (enfoque apuradamente optimista ante una realidad terrible e insoportable) que a la típica peli de dibujos navideña que nos suele amenizar estas fechas. Para empezar, la peli dura 105 minutos, que ya es mucho para este tipo de films, que no acostumbran a pasar de 80 minutos. Por otro lado, Happy feet es digna heredera del ecologismo radical de Ace Ventura, pero con toda la profundidad de que carece Jim Carrey. La personificación de los pingüinos es arriesgada: en definitiva, es como si sumáramos todos los problemas de cualquier ser humano a los de un animal; obviamente, el resultado no es nada alentador y la poca confianza que te quedaba en este mundo desaparece completamente. A ver, tiene momentos y personajes muy graciosos (como el Dr. Amor, doblado por Gurruchaga), pero definitivamente no es una película ni para niños ni para estas fechas tan entrañables, que ya son bastante duras por sí mismas como para ir a ver esta peli la típica tarde muerta del día de Reyes y acabar hundido en un rompeolas. No dejéis de verla, pero al menos ahora ya iréis más preparados.

Etiquetes de comentaris:

8 Comments:

Blogger Enebro said...

Bueno, al menos no es la típica película moña llena de inocencia y ternura.
Todavía no la he visto, espero que no abusen de los numeritos musicales que no me molan nada.

ds. de des. 16, 11:56:00 p. m. CET  
Blogger Albert said...

Hay números musicales, unos cuantos, pero la verdad están bastante bien encajados en la historia y no cargan, son breves. Como se trata de pingüinos cantantes y bailarines, pues viene más a cuento que canten y bailen. Es mucho más coherente que cuando Bella se ponía a cantar en medio del poblado para contarnos que "ya viene el panadero como siempre..." (véase La Bella y la Bestia).
De todas formas, la peli puede ser muy moña y no ser inocente, no se que tiene que ver las patatas con las peras (véase, por ejemplo, Boys don't cry, Capote o Transamerica, grandes mariconadas). Y tierna sí lo es, por eso es dura, y es que los pingüinos son adorables!!!

dg. de des. 17, 04:10:00 p. m. CET  
Blogger Albert said...

By the way, ¿quién eres?

dg. de des. 17, 04:12:00 p. m. CET  
Blogger Enebro said...

Pues... no nos conocemos, pero la próxima vez que vaya a Sta. Coloma te aviso y tomamos un café :O)

dg. de des. 17, 05:19:00 p. m. CET  
Blogger Albert said...

Encantado, Sta Coloma además es conocida mundialmente por sus fantásticas cafeterías.. Y más ahora que el puente aéreo Madrid-Santako está tirado.
Gracias por ese fantástico vídeo de Ana Obregón en su etapa del Equipo A. Un regalo inconmesurable para los fans.

dg. de des. 17, 05:42:00 p. m. CET  
Blogger Queralt said...

Tens tota la raó, la descrius tal com és. Ja em venia la llàgrima cap al que em pensava que era el final de peli, quan de cop i volta se soluciona tot. Tan de bó fos tot tan fàcil com ho pinten.....

David, tu no l'has vist?? No és Disney però el pingüi és tobet i finet.....

dt. de des. 19, 03:33:00 p. m. CET  
Anonymous Anònim said...

No l'he vist Queralt i creu-me que em sap greu després de tants comentaris excelsos. Tranquil.la, no em preocupa que no sigui Disney. Mentre surtin pinguins cantant i ballant, la veritat, ja en tinc suficient. No és conya, porto anys recordant les bondats dels pinguins, aquestes bestioles meravelloses i divertides. Els dibuixos que he fet a les taules de bona part de la universitat en donen fe, oi Albert?

dc. de des. 20, 08:52:00 p. m. CET  
Blogger Albert said...

Doy fe. Jo i totes les senyores de la neteja de la UAB que es passen l'estiu netejant pingüins.

dj. de des. 21, 09:32:00 p. m. CET  

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